Mojácar Pueblo, uno de los llamados pueblos blancos, está ubicado en las estribaciones de la cordillera de Sierra Cabrera con vistas a la playa de Mojácar Playa, una costa diecisiete kilometros de playas de arena con poca gente. Situado en la zona de Levante de la provincia de Almeria.
El encanto relajado del pueblo y el estilo de vida marítimo más animado se puede disfrutar de igual forma. Hay una pequeña tienda de conveniencia a pocos minutos de la casa, mientras que en el pueblo se encuentran numerosos restaurantes, bares, tiendas de regalos, así como una farmacia.
Mojácar disfruta de varios festivales, fiestas y actividades. Usted puede disfrutar de la natación, el senderismo y el ciclismo o si prefiere la relajación pura y noches tranquilas en la terraza o pasear por el pueblo.
Situado a 14 km de la autopista del Mediterráneo A7 (salida 520), que se encuentra a 45 minutos en coche de la ciudad de Almería. El aeropuerto más cercano es Almería Internacional. Otros aeropuertos convenientes incluyen: Murcia y Alicante.
Pueblo de Mojácar está a sólo 5 minutos en coche o 20 minutos a pie del mar y el largo tramo de playa de arena dorada. Un autobús local que va dos veces por hora desde el pueblo hasta la costa.
AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS 60
Nunca conoceríamos del todo Mojácar sino hablamos de sus personajes. De aquellos que un día abandonaron sus ciudades y sus países para acariciar esa libertad que el nombre de Mojácar les aseguraba. Ellos, más altos y más rubios que los mojaqueros de nacimiento se convirtieron enseguida en referencia de un modo de vida que rápidamente dio la vuelta al mundo entre la élite del “buen vivir” y del arte.
En un lejano pueblo de la provincia de Almería comenzaron a convivir una escasa población de andaluces agricultores con pintores, escritores, pianistas e incluso con el único torero británico que se conozca.
Personajes que vivieron el descubrimiento de Mojácar allá por los años 60 y que hoy, componen sin duda la imagen del recuerdo más cercano y no por ello menos mítico.
Frederick Mooney (Fritz). Win Wells, Henry Higgins, Paul Beckett. William Napier… enterrados en el cementerio de Mojácar, donde hoy descansan en paz. bajo el mismo sol y la misma energía que un día les atrajo aquí.
Pero hagamos memoria. Henry Higgins, el primer torero británico y quizás el último. Su primer padrino fue Brian Epstein de Los Beatles, Henry, de madre colombiana, estudió el difícil arte del toreo en España y tomó la alternativa en la Plaza de Fuengirola de manos de Antonio Ordóñez. En sus carteles aparecía bajo el nombre de Enrique Cañadas y dieron la vuelta a diversos lugares de nuestra geografía, al igual que su libro “How to be a Matador”. Dejó el arte del toreo para dedicarse a la representación de productos de importación, y finalmente, amante de las actividades de riesgo, conoció la muerte en Mojácar al precipitarse en un ala delta.
Frente a él, en el cementerio Mojaquero, en la zona que aquí llaman “de los ingleses” encontramos a Fritz, el prodigioso pintor Neoyorquino que de pequeño vivió en Hawaii, hippie y anárquico, médico y delineante, que no sólo estuvo en la Guerra de Corea como boina verde, sino que llegó al grado de teniente. Vivió en Camboya y Tailandia. Alguien a quien todos conocen muy bien en Mojácar. Íntimo amigo de Bienvenida, y a quien le contaba que tenia pinturas en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y en el Banco de América, aunque Frederick ó Fritz Mooney raramente firmaba sus cuadros.